¿Alguien vio pasar un cangrejo azul? Muchos dicen que lo mismo daría que pasara un cangrejo de ese color por nuestras narices. Mucho tiempo yo también creí eso, yo también pensé que era lo mejor “para todos”. Pero con el tiempo, y con el corazón algo
Mi querido
Manuelín, debo aclararte algunas cosas. Cuando me vi con mi botellita de Felix Felicis, y me enamoré, siempre
comprendí que el corazón era rojo por siempre. ¡Siempre! No lo guardé, lo
entregue al sol para que me diera otro’ colore’, me la jugué. Pero me despertó
la ausencia de todo movimiento, de todo sonido de tambor. Los colores no son
amore’, pero si dolores de aquellos: y bien bien bien bien bien bien negro son. Pero la
pasión, oh querido cómplice, es roja.
Y en
aquella noche, me di cuenta que lo’ colore’ no son para todos.
Pero
renací.
Pero sigo
vivo.
Pero quiero-seguir-luchando.
Y sigo
dispuesto a entregar lo colore que poseo. Porque sigo creyendo en el sol, pero
no en aquella muza.
“Lo único
que sé hacer bien, es perderme. Y lo único que debo hacer, es quererte”. Y
puff! Me encendí, queriendo ser un Alsino con un final feliz.