lunes, 8 de febrero de 2010

Se repite la viejahistoria


*Aclaración: la siguiente entrada fue escrita en otra fecha a la publicación*


Fue totalmente raro lo que ocurrió.
Era una noche muy estrellada, donde la luna iluminaba a todo aquel que quisiera. El gentío se había ido a dormir. Solo estábamos los dos, bajo ese manto infinito que la gente comúnmente ignora. Hablando y hablando, me diste a entender que no eres como los demás; que eres alguien especial, que tenías tus propios sueños, tus metas, tus ideales, tu extraña forma de ver la vida. Todo se empezó a dar esa noche y poco a poco comencé a sentirme mejor con tu presencia . Pero algo pasó. Un impulso. Una reacción a la conversación. Un instinto casi animal. Me sentí mal, me sentí más imbécil de lo que comúnmente me siento. Y fue en ese preciso momento cuando comprendí que por mucho que me intentes dar a entender que eres especial, sigues los mismos patrones de comportamiento que el gentío que en ese momento estaba durmiendo.

¿Qué pensar hora?
No dejo de pensar en lo ocurrido esa noche. Lo peor, es que nos dimos vueltas y vueltas en lo mismo siempre que tuvimos la oportunidad. Pero todavía sigo pensando lo mismo.

No puedes tratar al amor como un Arte, Cariño. Es imposible.

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Siempre he pensando que quizás será interesante leerte. Puedes escribir y hacer sus descargos, pero no aseguro que su comentario sea leído mi imbecilidad de personalidad :)